¿Por qué se roban los medidores de agua?: un “negocio” chiquito que luego crece
15 de septiembre del 2021

A partir de una nueva sustracción de estos elementos, desde Aguas Santafesinas explicaron cómo es el circuito de este delito y cuánto le cuesta a la empresa las reposiciones
En las últimas horas, se produjo en Rosario un nuevo robo de medidores de agua. El gerente de Relaciones Institucionales de Aguas Santafesinas (Assa), Guillermo Lanfranco, explicó que esto empieza como un “negocio” chiquito, que es llevado a cabo generalmente por personas de bajos recursos que luego vende estos elementos a otra persona, por una baja retribución, que hace crecer el circuito del dinero obtenido. En tanto, a la empresa le ocasiona más trastornos que los económicos.
Consultado por el programa Radiópolis (Radio 2), Lanfranco explicó que “estos elementos por sí solos tiene un valor muy bajo para la venta, por eso se roba una cantidad importante como en este último caso”.
Acerca de la forma de proteger estos elementos, el gerente de Assa describió que “lo que hacemos es cementar el gabinete, lo reponemos y llenamos la caja con cemento, es lo único que podemos hacer para proteger el medidor”.
“Lo que nosotros podemos ver es el seguimiento de ese elemento robado; el que roba este tipo de elementos generalmente es una persona de bajos recursos, no es una organización criminal. Es una persona que va con su carrito y hace estas sustracciones; no es para estigmatizar, todo lo contrario, es para describir un delito que significa muy poco dinero para el que lo lleva a cabo”, agregó.
“Esa persona después vuelve al barrio y se lo vende por un bajo costo a otra persona que hace un negocio mayor; son dos o tres los que manejan ese negocio, hay que actuar sobre esas personas”, concluyó Lanfranco.
El vocero de Aguas Santafesinas indicó que “la solución de emergencia es colocar un chicote para restablecer el servicio de agua hasta que se pueda reemplazar por un medido nuevo y desde ese momento se empieza a cobrar el servicio”. Y aclaró que esa reposición “no la paga el usuario, corre por cuenta de la empresa”.
“Esto nos genera un gran perjuicio, porque nos quita stock en la planificación de la colocación de nuevos medidores y del control del uso del agua”, remarcó Lanfranco.
“Estamos hablando de 5 mil pesos por cada medidor robado para hacer la reposición. Son unos 40 medidores al mes los que se roban”, redondeó.
Fuente:Rosario3.com