«Todavía no vemos la luz al final del túnel»
29 de septiembre del 2020

Preocupa el déficit de personal sanitario para atender la pandemia. En sanatorios, 20% menos. Ambulancias varadas con pacientes. Hoy viene Alberto
La crisis sanitaria causada por la pandemia ofreció ayer nuevas escenas que nutren la preocupación social: pacientes que arriban a efectores de salud y no encuentran respuesta ni chance de atención inmediata, una extensa fila de personas en la vereda de un hospital a la espera de un hisopado covid, y la falta de personal de salud que ya es inocultable, tal como coincidieron ayer tanto la mirada gremial como empresaria. Todo eso encontrará el presidente Alberto Fernández cuando arribe hoy a Rosario para lanzar el programa Detectar Federal, en procura de intentar cortar la expansión del coronavirus.
El ritmo de la pandemia se mantiene. Ayer se reportaron 1574 contagios nuevos y 26 muertes en Santa Fe. Rosario registró 836 casos nuevos y un día récord de fallecimientos por el virus: 21 personas murieron y la cuenta negra ahora suma 199 decesos. Mientras tanto los recursos del sistema se agotan. Eso quedó en evidencia por la tarde, cuando dos pacientes en sendas ambulancias aguardaron horas en Tres de Febrero al 700, a la espera de ingresar al sanatorio Rosendo García. Allí también por lo mismo una mujer que arribó en un auto particular. Una postal que comenzó a registrarse en los últimos días en distintos efectores de salud de la ciudad. Ayer había 183 pacientes covid internados en terapia intensiva en la provincia.
El chofer de una de esas ambulancias, que aguardaba con un paciente renal con síntomas de covid, relató: «Están todos los sanatorios colapsados, y las ambulancias terminamos siendo camas móviles; el paciente se descompensa tanto tiempo en esa situación. No necesitamos aplausos, necesitamos que la gente colabore porque las camas luego las necesita el barrendero como el gerente del mismo sanatorio», dijo.
A la par, sobre la vereda del Hospital Carrasco –centro que ayer tenía su capacidad de internación colmada–, una hilera de 300 personas se apostó por Avellaneda hasta Zeballos, a la espera de ser hisopados para tener un diagnóstico covid que ahora demorará entre una semana y diez días. Una cifra muy superior respecto de los últimos días.
«El sistema está al borde, y si en tres semanas se llegó a esta situación es que en los cinco meses previos se hizo muy poco, sobre todo en recursos humanos, que es el principal problema hoy», cuestionó Diego Ainsuaín, presidente del Sindicato de Profesionales Unidos de Salud (Siprus). El referente gremial de los médicos responsabilizó al gobierno provincial. «No se capacitó gente nueva, no se aseguró una estructura sólida para hacer el seguimiento de pacientes que egresan del sistema y así controlar sus contactos para evitar la propagación del virus. El 0800 está desbordado, y hoy se perdió el hilo del diagnóstico y el seguimiento de las condiciones de aislamiento de los casos. No se hizo nada», analizó.
Siprus había planteado semanas atrás al gobernador Omar Perotti algunas alternativas para reforzar el plantel sanitario que iban por aumentar las cargas horarias de personal con la debida adecuación salarial, tomar residentes de tercer año como refuerzos y contratar personal por fuera. Ainsuain advirtió ayer en la consulta de Rosario/12 que ellos habían avisado de este escenario. «El servicio de terapia intensivo ya tenía un déficit crónico, la cantidad de intensivistas ya era corta desde antes, y en eso no se puso el eje; ahora el cuello de botella está ahí, y se pretende solucionar con parches, con personal de otras especialidades, otras áreas», señaló Ainsuaín.
Eduardo Taboada, del sindicato médico Amra, dijo que estos indicios de colapso eran previsibles porque «siempre julio y agosto presentan dificultades de camas en Rosario por las enfermedades estacionales, y a esto se suma la pandemia». «El gran problema hoy son los recursos humanos, porque nos quedamos sin quienes puedan atender esos pacientes, quien maneje los respiradores. Se están suspendiendo algunos tipos de licencias del personal médico. Se sabe que si cae uno, cae todo el personal que compartió la guardia con ese caso. Y a eso hay que sumarle el estrés, el cansancio y la angustia de quienes siguen trabajando», alertó el médico gremialista.
«Lamento decir que no vemos la luz al final del túnel, y duele comprobar que acá la conducta social no está a la altura de las circunstancias, no hay responsabilidad social acorde, ni de la gente común ni de algunos comercios que no toman los recaudos necesarios», acotó Taboada.
Desde el punto de vista empresarial del sector, la preocupación también estriba en el déficit humano del sistema de salud. Rodrigo Sánchez Almeyra, de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario, descartó que en su ámbito un paciente se quede sin atención porque coordinan entre ellos. Pero además, porque el principal peso de la pandemia recae sobre el sistema público: mientras en hospitales el 47% de los pacientes son de covid 19, en el sistema público el viernes esa proporción llegaba al 21%.
El chofer de una de esas ambulancias, que aguardaba con un paciente renal con síntomas de covid, relató: «Están todos los sanatorios colapsados, y las ambulancias terminamos siendo camas móviles; el paciente se descompensa tanto tiempo en esa situación. No necesitamos aplausos, necesitamos que la gente colabore porque las camas luego las necesita el barrendero como el gerente del mismo sanatorio», dijo.
A la par, sobre la vereda del Hospital Carrasco –centro que ayer tenía su capacidad de internación colmada–, una hilera de 300 personas se apostó por Avellaneda hasta Zeballos, a la espera de ser hisopados para tener un diagnóstico covid que ahora demorará entre una semana y diez días. Una cifra muy superior respecto de los últimos días.
«El sistema está al borde, y si en tres semanas se llegó a esta situación es que en los cinco meses previos se hizo muy poco, sobre todo en recursos humanos, que es el principal problema hoy», cuestionó Diego Ainsuaín, presidente del Sindicato de Profesionales Unidos de Salud (Siprus). El referente gremial de los médicos responsabilizó al gobierno provincial. «No se capacitó gente nueva, no se aseguró una estructura sólida para hacer el seguimiento de pacientes que egresan del sistema y así controlar sus contactos para evitar la propagación del virus. El 0800 está desbordado, y hoy se perdió el hilo del diagnóstico y el seguimiento de las condiciones de aislamiento de los casos. No se hizo nada», analizó.
Siprus había planteado semanas atrás al gobernador Omar Perotti algunas alternativas para reforzar el plantel sanitario que iban por aumentar las cargas horarias de personal con la debida adecuación salarial, tomar residentes de tercer año como refuerzos y contratar personal por fuera. Ainsuain advirtió ayer en la consulta de Rosario/12 que ellos habían avisado de este escenario. «El servicio de terapia intensivo ya tenía un déficit crónico, la cantidad de intensivistas ya era corta desde antes, y en eso no se puso el eje; ahora el cuello de botella está ahí, y se pretende solucionar con parches, con personal de otras especialidades, otras áreas», señaló Ainsuaín.
Eduardo Taboada, del sindicato médico Amra, dijo que estos indicios de colapso eran previsibles porque «siempre julio y agosto presentan dificultades de camas en Rosario por las enfermedades estacionales, y a esto se suma la pandemia». «El gran problema hoy son los recursos humanos, porque nos quedamos sin quienes puedan atender esos pacientes, quien maneje los respiradores. Se están suspendiendo algunos tipos de licencias del personal médico. Se sabe que si cae uno, cae todo el personal que compartió la guardia con ese caso. Y a eso hay que sumarle el estrés, el cansancio y la angustia de quienes siguen trabajando», alertó el médico gremialista.
«Lamento decir que no vemos la luz al final del túnel, y duele comprobar que acá la conducta social no está a la altura de las circunstancias, no hay responsabilidad social acorde, ni de la gente común ni de algunos comercios que no toman los recaudos necesarios», acotó Taboada.
Desde el punto de vista empresarial del sector, la preocupación también estriba en el déficit humano del sistema de salud. Rodrigo Sánchez Almeyra, de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Rosario, descartó que en su ámbito un paciente se quede sin atención porque coordinan entre ellos. Pero además, porque el principal peso de la pandemia recae sobre el sistema público: mientras en hospitales el 47% de los pacientes son de covid 19, en el sistema público el viernes esa proporción llegaba al 21%.
Fuente:Rosario12.com.ar